domingo, 5 de abril de 2015

MAPAS SOCIALES


Cultura

Entendemos por cultura a todas aquellas manifestaciones materiales, espirituales e ideológicas que representan a una o varias personas y que las identifican como parte de un conjunto mayor de individuos. La cultura es una creación del ser humano si tenemos en cuenta que los restantes seres vivos subsisten a partir de la utilización del medio pero no de la creación del mismo. Así, si bien compartimos con ellos las funciones orgánicas que nos hacen nacer, crecer, reproducirnos y morir, la cultura es un bien exclusivo del hombre que iguala a todos los individuos (ya que todos podemos crearla) pero que al mismo tiempo nos hace diferentes entre unos y otros (porque cada uno crea su propia cultura), aumentando la riqueza que el ser humano compone.



La cultura es un fenómeno común a todos los seres humanos ya que todos y cada uno de nosotros, al vivir en sociedad, aprendemos lo que nos transmiten las generaciones anteriores y con ese conocimiento podemos eventualmente contribuir a que la cultura siga creciendo y perviviendo. Sin embargo, la cultura también nos diferencia ya que cada grupo social construye sus propias representaciones culturales de acuerdo a sus preferencias, sus intereses, sus miedos, sus inquietudes, etc. Así, no es lo mismo la cultura de un país occidental que la de un país oriental, como también puede ser diferente la cultura de una región de un país con otra región del mismo país o incluso las culturas que representan a diferentes grupos sociales que conviven juntos en un mismo espacio geográfico.


Creación social es el nombre de una hipótesis teórica nacida de la exigencia de decir de modo positivo y propositivo qué ocurre o puede ocurrir cuando las relaciones y los contextos llegan a expresar sus dimensiones creativas. Cuando las ideas encuentran una lengua y las formas para sustanciarse estamos en presencia de un pensamiento vivo que nace tocado y manchado por las situaciones y las contingencias en las cuales se dan. Por creación social podemos entender aquella disposición simbólica, que encuentra una traducción concreta y práctica, en la cual los sujetos llegan a ser sujetos a pesar de la apropiación capitalista de los conocimientos a los que la pedagogía del capital nos ha habituado en los últimos decenios.


El interés por una pedagogía de la creación social nace de la necesidad de mostrar una pedagogía social en la que hay una difusión de prácticas y de contextos que activan y reactivan una economía de intercambio humano y simbólico, de palabras, bienes, gestos, que amplía y redispone de forma diferente las posiciones previstas del intercambio propuesto-impuesto por el libre mercado con el efecto de liberar el concepto de lo económico de la reducción capitalista. La creación social ofrece ejemplos contemporáneos de narraciones que encarnan en aquello que hacemos (estudiar, trabajar, participar) un sentido de lo económico en su raíz teológica, capaz de restituir un orden de las relaciones y del intercambio complejo y articulado donde pasiones, intereses, ganancia monetaria y extra monetaria, desinterés, se combinan de forma diferente y libremente, haciendo las relaciones y los contextos irreducibles al intercambio como lo ha entendido el utilitarismo y el economicismo.



La herencia
La herencia genética es el proceso por el cual las características de los individuos se transmiten a su descendencia, ya sean características fisiológicas, morfológicas o bioquímicas de los seres vivos bajo diferentes condiciones ambientales.


Uno de los debates entre los científicos es cual es el peso de la naturaleza y cual es el peso de la cultura, es decir, la magnitud de la influencia de los genes versus la magnitud de la educación y el medio ambiente. El dilema de una oposición entre naturaleza y cultura, lo innato versus lo adquirido, es decir innato o adquirido, frase acuñada por Francis Galton en el siglo XIX.
Está comprobado que en los genes se transmite el color de la piel, del cabello, de los ojos. ¿Se transmite también algo de la personalidad, los gustos, el carácter, las capacidades o la inteligencia?
El doctor Albert Rothenberg, profesor de psiquiatría en la Universidad de Harvard y la doctora Grace Wyshak, profesora de psiquiatría en la misma universidad, estudiaron el árbol genealógico 435 de los 488 químicos, físicos, médicos y fisiólogos galardonados con el Premio Nobel entre 1901 y 2003, y el de 50 escritores ganadores del Premio Nobel de literatura y 135 ganadores del Premio Pulitzer. Los resultados de sus investigaciones contradicen la teoría de la transmisión directa del genio del británico Francis Galton publicada en el libro «Hereditary Genius». Según Albert Rothenberg y Grace Wyshak la genialidad no depende de los genes sino de una constelación de factores que no son genéticos sino psicológicos. Los procesos afectivos y cognitivos involucrados en la creatividad son el resultado de una combinatoria de educación, genética y factores sociales. Los premiados no llevaban la genialidad grabada en el ADN ni provenían de familias con coeficientes intelectuales privilegiados sino que se habían educado con el incentivo y la orientación creativa de sus padres. Los deseos incumplidos de estos padres buscaban realizarse a través de sus hijos.


El término aculturación se refiere al proceso por el cual el contacto continuo o intermitente entre dos o más grupos de culturas diferentes afecta mutuamente las respuestas culturales de cada uno de éstos.
A principios de siglo el término se hacía sinónimo de difusión o préstamo cultural e inclusive con el de asimilación por lo que se hizo necesaria una delimitación más estricta del mismo. En 1936 la American Anthropological Association nombró una comisión para revisarlo. Esta comisión, formada por eminencias del calibre de Redfield, Linton y Hertskovits definió aculturación como "aquellos fenómenos que resultan cuando grupos de individuos de culturas diferentes entran en contacto, continuo y de primera mano, con cambios subsecuentes en los patrones culturales originales de uno o de ambos grupos. Aún cuando más tarde los mismos autores de esta definición se expresaron en contra de los aspectos limitantes de la misma, no cabe duda que proveyeron una definición operativa. Esta definición permitió entre otras cosas, resaltar el carácter dinámico de la transmisión cultural. Sin embargo, al hacer énfasis en el contacto cultural esta definición excluyó el uso que psicólogos y educadores daban al concepto, como sinónimo de educación, por lo que Hertskovits sugirió el uso de endoculturación (enculturation) para referirse a crianza, socialización y escolarización, o sea transmisión cultural de una generación a otra dentro de la propia cultura.



El vocablo endoculturación deriva del griego que significa “dentro” y proviene del latín “cultura”, su componente léxico es el sufijo “ción” que es “acción y efecto. La endoculturación o enculturación es el desarrollo de la transferencia cultural que pasa de una generación a otra y se basa primordialmente, en el control que la generación de más edad que se ejercita sobre los medios de recompensar y castigar a los niños. Cada una de las generaciones las reprograman no solo para replicar el comportamiento de la generación anterior.










Transculturación



La transculturación es un fenómeno que ocurre cuando un grupo social recibe y adopta las formas culturales que provienen de otro grupo. La comunidad, por lo tanto, termina sustituyendo en mayor o menor medida sus propias prácticas culturales.

El concepto fue desarrollado en el campo de la
antropología. El antropólogo cubano Fernando Ortiz Fernández (1881-1969) es señalado como el responsable de acuñar la noción en el marco de sus estudios sobre el contacto cultural entre distintos grupos. Además de todo lo expuesto tenemos que subrayar que este fenómeno de la transculturación se puede dividir en distintos tipos. Así, está la colonización, la inmigración.
Un claro ejemplo de transculturación lo podemos ver en América a partir del descubrimiento que del continente realizó Cristóbal Colón en el año 1492. Con la colonización de estas tierras los habitantes de las mismas vieron como su patrimonio cultural daba un giro radical en muchos aspectos y quizás uno de los cambios que mejor muestra ese cambio es que la Iglesia Católica intentó imponerles sus creencias a toda costa.